Hace muchos años que estoy involucrada con la fotografía de una u otra manera. Todo empezó como un hobbie, divirtiéndome y registrando los eventos familiares. Luego comencé a realizar varios cursos de fotografía, básicos e intermedios, donde he conocido personas geniales con muchas ganas de aprender y compartir todo lo que saben.

A principios de 2017 realicé mis primeros trabajos como fotógrafa, con sesiones familiares y de recién nacidos. Agradezco inmensamente a esas familias, que además de confiar en mí, me motivaron a seguir trabajando y formándome en esto que tanto me apasiona.

Apostar más fuerte a la fotografía siempre estuvo presente en mí. En junio de este año participé del congreso uruguayo de fotografía y salí del mismo con una motivación extra para lograrlo, lo super recomiendo (pueden ver el video del resumen del congreso en este link).

A mediados de setiembre decidí que era hora de salir de mi zona de confort y dar a conocer mi trabajo. Comencé por lo mas básico, mi carta de presentación, que en el mundo de la fotografía se traduce en tener un portfolio. Tuve la suerte de que varias amigas se casaban y me dieron la oportunidad de fotografiarlas, generando así mis primeros materiales para compartir (los que a su vez me llevaron a conseguir nuevos clientes).

Registrar momentos importantes en la vida de las personas y trabajar de forma profesional en el mundo de la fotografía implica una gran responsabilidad, que viene acompañada de muchos desafíos e inseguridades a afrontar: desde aprender a trabajar en equipo con los fotografiados, desarrollar la creatividad a la hora de componer y utilizar la luz o aprender a promocionarse a través de las redes sociales, hasta sacarle el máximo potencial a la cámara o encontrar una forma de edición que te caracterice.

Para aprovechar al máximo las oportunidades que se me presentaron busqué anticiparme a lo que podía pasar (conociendo previamente donde se iban a realizar los eventos, explorando lugares para hacer sesiones de pareja, estando al tanto del cronograma de la fiesta y buscando inspiración en distintos artistas). De todas formas, gran parte de la fotografía de bodas es de estilo documental y para conseguirlo es necesario estar siempre disponible a buscar nuevas tomas y entender que se va aprendiendo del ensayo y error. La clave es ser autocrítico con el trabajo de uno para buscar siempre mejorar.

Creo que la prueba, el error, el aprendizaje y el re-ajuste es una constante en cualquier trabajo creativo. Lo importante es entender que nada puede contra el tiempo y no se pueden saltear etapas de todo este proceso. No es necesario ser excelente para animarse a mostrar lo que uno hace o haber fotografiado miles de bodas para que tu trabajo adquiera valor, lo esencial es estar dispuesto a aprender de tus propios errores y ser mejor que uno mismo en cada trabajo.

Por último quiero aprovechar esta instancia para anunciar mi sitio web y mi blog, donde intentaré compartir todo lo que he estado estado aprendiendo y lo que otros colegas me han transmitido.

Gracias a todas las personas que me acompañaron en este camino inicial y confiaron en mí y en mi trabajo!

Les deseo una muy feliz navidad y un excelente 2019!

Nos vemos el año que viene!

MaCA